Existen varios principios metodológicos para la educación de personas adultas. Cada una con una finalidad y unos objetivos marcados en cada principio.
El primero de ellos es la Incorporación de los aprendizajes previos. La cual dice que todas las personas que vivimos en una sociedad acumulamos de forma consciente y una menor parte de forma inconsciente una multitud de conocimientos, habilidades, destrezas,... que constituye un importante fundamento para adquirir nuevos aprendizajes. Y que estos conocimientos serán buenos para la supervivencia del individuo pero también para el progreso y el éxito personal.
Los aprendizajes significativos vendrían a ser esos que despiertan el interés o la necesidad de cada persona y lo cual pretende formar parte de unos mismo. Capaz de enriquecer y aportar de modo objetivo y práctico a la realidad como persona.
También un principio muy importante sería aquel que capacita a las personas as aprender por sí mismas, el principio de auto-aprendizaje, con procesos como adquisición de destrezas cognitivas, procesos mentales, aplicar métodos analíticos, deductivos, de inferencia,... para consolidar la autonomía de cara a procesos de futuro.
En la funcionalidad del aprendizaje hay que tener muy claro que los adultos se enfrentan al aprendizaje con la consecución de una meta. Por lo tanto hay que dirigir los esfuerzos y energías hacia finalidades practicas y necesarias para llamar su atención. Exigen un control de calidad de su formación y no todo vale en ese proceso. Se debe garantizar unas expectativas y procesos con un rigor máximo y un ajuste real.
Hay que tener en cuenta el protagonismo del adulto y el ejercicio de libertad. Debe tenerse en cuenta la capacidad de producir y expresarse como parte de la construcción del aprendizaje.Potenciar la creatividad (la creatividad como algo que siempre es posible completar, redifinir y comprender) para la implicación en los procesos de su aprendizaje para un enriquecimiento personal y grupal.
El poder que el grupo aporta en los procesos educativos esta legítimamente demostrado. La sensaciones de pertenencia al grupo su identificación en el mismo, el apoyo mutuo crea un sentimiento de seguridad del individuo con respecto al grupo. se crea así un ambiente de arropamiento mutuo retrogrado y facilita la manifestación de cada individuo en el grupo, el cual mejora el desarrollo del grupo y del individuo en su consecuencia.
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